3 de septiembre de 2013

Empecemos por el futuro:

 

Los redactores de La Razón se metieron anoche en su máquina del tiempo para poder obtener los fantásticos datos del paro que han salido hoy a las 09:00. Que todo el mundo sabe que cuando el paro baja 31 personas significa que es el Fin a la destrucción del empleo, como bien indica el titular. A veces supongo que este periódico tiene fotografías de Rajoy como plantillas de WordPress. Fotografías al azar que les viene bien para maquetar los titulares. Los de abajo muestran afirmaciones categóricas que buscan una reacción emocional bastante tonta más que informar. Porque la verdadera noticia no es ni la comida de Griñán ni el préstamo real. Las noticias son el informe de la Guardia Civil y que Urdangarín afirma que ese préstamo es una donación. Pero La Razón ha decidido que una comida con Griñán es lo que más te va a afectar. Mi gran pregunta es: ¿Y el restaurante del Congreso?

 

ABC estos dos días está siendo esa amiga retrasada que a día de hoy piensa que el Nyan Cat es graciosísimo. Los titulares abajo al menos no son tan concretos como los de La Razón, pero dejan que desear: La trama incluyó a tres militantes fraudulentamente en una empresa sevillana. A nivel de redacción: ¿Qué? ¿Fraudulentemente, qué? ¿Incluyó fraudulentemente? Y a, si las expresiones solo por ser del PSOE y colaron están entrecomilladas por ser cita directa, mi fe en la Guardia Civil ya sí que se ha perdido del todo.

 

Siria, el paro, la nueva estrategia de Rajoy, Bárcenas, Urdangarín, Camps, Barberá, el espionaje a Rousseff, Madrid 2020… Pero no, lo más importante para La Gaceta es un suceso llamado ¡Por fin! Han salido los datos y hay 2 millones de refugiados por la Guerra de Siria y más de la mitad son menores de edad, pero si no hay una reforma a fondo de la ley socialista, el Gobierno habrá perdido una oportunidad de avanzar hacia la protección de la vida humana. Otro gran punto a destacar de esta portada es la nula coherencia entre el titular y el subtitular de economía. Ni siquiera estoy seguro de que pertenezcan a la misma noticia.

 

La portada de El País me ha decepcionado bastante. Es muy ruidosa, no tiene ningún sentido e incluso hay una foto totalmente apartada y que no pertenece a ninguna noticia. La selección de las noticias y la redacción de los titulares la considero perfecta para el ámbito del medio, pero han fallado estrepitosamente en la organización de la información. Y por lo tanto todo lo que se han esforzado no ha servido de mucho.

 

La mejor portada del día, en contraposición, es la de El Mundo: Un titular a cuatro columnas, otro a tres y dos a una. Publicidad disimulada en una esquina, fotografía relevante y selección de noticias relevante. El único problema es que han pegado un pequeño patinazo en la segunda noticia de la quinta columna. Ese al menos hasta al menos las elecciones se contradice con el como mínimo, en los próximos cinco años al final de la entradilla. A no ser que yo no me haya enterado y las próximas elecciones sean en 2018. Pero, aun así, sigue siendo la mejor portada del día.

 

Las portadas simétricas nunca fueron una buena idea (y menos si ni siquiera respetas la simetría), a pesar de la buena intención de La Vanguardia de hacer un repaso de las actividades políticas. Sin embargo, se han esforzado demasiado en el titular: ¿Quiere decir que estamos saliendo de la crisis? ¿Quiere decir que la intención de salir es el primer punto de la agenda de todos los partidos? Supongo que es lo segundo, porque 31 parados menos…

6 de marzo de 2013

Estaba yo anoche en mi edredón, estudiando un poco y observando a los maricas de twitter en su hábitat natural, cuando de repente observé una invasión sibilina de expertos en política internacional. Al principio me divertía, luego perdí la fe en la humanidad: IU, obviamente, lloraba la muerte de Chávez, pero la gente se sorprendía de ello. Se sorprendía, se extrañaba y lo criticaba para reafirmar su posición en la política nacional. Después de una noche de sueño, espero que todos se hayan dado cuenta de que usar la opinión sobre Chávez para situarse aquí es mezclar churras con merinas derrochando ignorancia. Y antes de pasar a teorías sobre el Nuevo Orden Mundial y la política inexistente que tenemos, vayamos a la prensa de hoy:

Si ya nos quedó claro con Italia que los periódicos no tienen dinero para costearse fotografías internacionales, podéis imaginaros que han tirado de archivo. Han tirado de archivo al punto de que El País, que ya mató a Chávez dos veces y una de ellas con foto, utiliza una del año 2000. Al menos es honesto y lo admite en el pie de foto, pero yo hubiera puesto la famosa fotografía que les llevó a hacer una segunda edición a primera hora de la mañana con el titular: «TOLD YA!». Pero en fin, las miradas intensas fuera de campo siempre vienen bien y los flashes deberían estar arriba y en horizontal. Tiene huevos que Chávez muera y «la enfermedad» sea el sujeto del titular.

Mirada intensa fuera de campo también en La Vanguardia, que no data la foto. Éste es el mejor titular, tieniendo en cuenta que la noticia de verdad no es que Chávez, como persona, haya llegado al fin de su vida, sino que Venezuela no sabe qué va a hacer ahora. Muestra de ello es que han desplegado al ejército y a la policía. De aquí debéis quedaros con el primer subtitular y la fecha: 2011.

Rojo. Nunca pensé que viviría para ver una portada de ABC roja y sin amarillo de por medio. Supongo que la noticia pilló a los editores dormidos, porque poner como titular, hoy en día, «Muere Chávez» denota falta de imaginación. No digo que no sea un titular bien construido, pero no aporta nada. Todo el mundo lo sabe ya, está en Twitter. Sin embargo, la gracia de esta portada reside en «El dirigente luchaba desde hace casi dos años contra una enfermedad terminal ocultada por su régimen«. Claro, nos ha pillado a todos por sorpresa. Pero vamos, que ni lo veíamos venir. En mi caso porque pensaba que estaba muerto desde que El País puso en portada que dos médicos aeguraban que llevaba muerto una semana, debido al cáncer. Aquí me toca decir, objetivamente, que Chávez es un personaje demonizado. Y antes de que saltéis como saltásteis con Izquierda Unida, pensad en lo que os digo: nombradme una sola persona de la media española pasiva ante la información de los medios que defienda a Chávez. Esa afirmación es una forma sutil de meternos esa idea en la cabeza.

Y esa sutileza, La Razón se la pasa por el forro. Con una fotografía propia de una TV Movie de Antena 3 de sobremesa, titula como si el redactor hubiera sufrido un ataque de afasia. ¿Es un titular? ¿Es un titular y un subtítulo? Si es un subtítulo, ¿por qué está en minúscula? Y si es todo un titular, ¿por qué no hay una coma? En fin, el uso de la palabra caudillo es legítima, pero denota muchísimo por dónde tira el medio jugando con nuestro bagaje cultural. Al subtitular le falta una foto de Obélix diciendo «¡Qué locos están estos venezolanos!» y para rellenar, ¡vamos a poner los nombres de los redactores! Un último apunte sobre la foto: A Chávez no se le ven los ojos, principal signo de humanidad en una imagen.

El Mundo no usa una foto de archivo ni al propio Chávez como protagonista, eso es muy mainstream. Mejor poner una foto capturada de la retransmisión en la que se anunció la muerte mientras bailan el Gangam Style (barato y elegante, he de decir) y convertir en protagonista de la noticia a Maduro y su «polémica declaración». Lo pongo entre comillas porque, de verdad, ¿es noticiosa esa declaración? Si Chávez cada día y medio estaba soltando locuras como esa, ¿de verdad que es noticia que lo haga Maduro? Pero bueno, Pedro J. es experto en sacar lo que no es noticia de la noticia y hacer que te lo tragues.

Empezando por el amarillo sobre negro, todo está tan mal que ahora entiendo por qué nunca hablo de este periódico. Pero el titular es de tan mal gusto que no he podido evitarlo. Un premio para el redactor y otro al que encuentre la contradicción con el ABC.

Y bueno, todos tenemos una prima retrasada.

O dos. ¿De verdad? ¿El nieto de Amancio Ortega? ¿Qué es esto, el corazón? Ya mismo vemos a Anne Igartiburu como editora jefe del periódico.

Actualización: Acabo de ver este post en 233 grados que viene muy al caso. Cómo se nota que en la prensa internacional hay maquetadores y diseñadores de verdad.

21 de febrero de 2013

El Debate sobre el Estado de la Nación ocupa las portadas de todos los periódicos nacionales, convirtiéndose en la competición de: «¿Quién ha pagado más por la foto?» y «¿Quién le ha dado más un toque personal en la maquetación?». Tiene gracia, además, porque también coinciden en el resto de noticias de portada.

La Vanguardia, siempre en su tono aséptico, esta vez se decanta por un titular principal expresivo a la vez que imparcial. Incluso se podría tildar de optimista. La foto es una de las mejores del día, puesto que está bien hecha y no parece haber sido en exceso retocada. Aun así, la pose de Mariano Rajoy es más de la de alguien sujetando una copa de brandy o eligiendo pareja en algún bar de Pontevedra, que la de un jefe de gobierno.

El País titula con viejas noticias (el pacto anticorrupción ya salió en respuesta a Rosa Díez en el debate de la semana pasada) y en uno de los subtitulares trata de dejar a Rubalcaba como algo más que un ser sin sangre. Debido a la dificultad de esto último, mis mayores ánimos al equipo de redacción. Por otra parte, las fotografías de este periódico siempre consiguen decir mucho más de lo que parece. En este caso tenemos la figura de Rajoy en una pose muy de alcalde de pueblo, sin destacar por ninguna perspectiva y con todo el mundo aplaudiendo, pero riéndose y mirándose unos a otros.

La Gaceta, pues como siempre. Aunque esta vez el cartel amarillo no es tan grande, sigue apostando por esos colores saturados y esos fondos negros propios de no tener un maquetador en condiciones. También hay que destacar el momento «Mierda, mierda, me estoy quedando sin espacio y tengo que entregar esto en cinco minutos» del segundo párrafo hasta el punto de usar siglas de una empresa y omitir un artículo. Pero no se queda ahí: directamente, en un debate sobre el estado de la nación, según este periódico, se han cumplido ya todas las iniciativas que se han propuesto en la misma. Ni voy a hablar del titular principal.

Bueno, definitivamente El Mundo se ha quedado sin dinero para fotógrafos. Me recuerda a un intento contrapicado de hacer un Citizen Kane, con un toque «meta» y un remix con el Cristo de San Clemente de Tahull. El titular es quizás tan confuso como la foto y viene respaldado por subtitulares que al menos yo no entiendo. ¿Desde cuándo es noticia que Rajoy le eche las culpas al gobierno socialista de la situación actual? Por no hablar del «No pido su dimisión, no me interesa». ¿Cómo no va a interesarle a ningún presidente del gobierno tener como líder de la oposición a un sin sangre?

ABC vuelve a la portada vertical con un titular de patio de recreo (o de cougars en un restaurante de moda). En la fotografía, Mariano Rajoy sale con cara de «¡ay, picaruelo!», pero consigue mediante esa sonrisilla y la mirada directa a cámara, un buen acercamiento. En mi opinión, este periódico es el que tiene la mejor fotografía: sabiendo que es un «líder» que está demasiado alejado ya del público, en vez de apostar por un Citizen Kane, lo acerca mediante su humanidad. Y Soraya por detrás, bueno… Se ha librado de un Trotsky porque sale mona.

Por último, para Trotsky el que le han hecho a quienquiera que estuviese detrás de Rajoy en la portada de La Razón. Con la finalidad de forzar el Citizen Kane (para lo cual, además del contrapicado en este caso perfectamente ejecutado, hace falta soledad), han decidido poner una columna con los subtitulares encima de quien tuvo la mala fortuna de estar detrás. Como resultado, la imagen queda totalmente descompensada. Una vez más, su titular más que información, presenta justificación, juicio y excusas, además de incongruencias como «El presidente desarma al líder del PSOE». ¡Que no tiene sangre, leñe! Hasta un niño de cinco años puede meterle un corte a Rubalcaba y no sentir pena por ello.

19 de febrero de 2013

Las cargas policiales en la primera jornada de paro en Iberia y las ampollas que levantaron los Goya marcan la prensa de hoy:

El periódico de Intereconomía pone en primer plano el asunto de Método 3, como viene a ser la tónica general del día. Uniendo el montaje de los papeles con sombras, dignos del curso de photoshop que hace mi asociación vecinal, con la foto de Cospedal poniendo cara de «Pardillos, qué maligna soy que se creen mis mentiras» y al marido mirándola con cara de espía soviético en una película americana, nos dice un cartel ofensivamente amarillo y gigantesco: «LO NIEGA, PERO TENEMOS LAS PRUEBAS». Seguro que consisten en ácido bórico. Cabe destacar también, ya que por una vez en la historia de este medio han hecho algo sutil, que han definido las protestas en Barajas como «caos», para justificar las cargas policiales, seguramente.

Cuando La Gaceta le hizo una entrevista a Bolinaga, empezaron a creerse de verdad que eran periodistas. Y si juntamos eso, el hecho que se creen su eslogan y a Mario Conde en el mundo de la política, he ahí la razón por la que para reírse no hace falta comprarse «El Jueves».

El País, como siempre, se muestra con apariencia de ser el medio más imparcial y sosegado en sus titulares. Pero en cuanto te despistas, ¡zasca!, foto de la carga policial con un chico de rojo protegiendo a una chica con cara de dolor donde está todo el peso visual.

La Vanguardia es, a mi juicio, el medio que mejor lo ha hecho hoy. Sus titulares, aunque extremadamente académicos, son debidamente informativos y la foto principal muestra la protesta, pero no el momento de carga. A lo mejor la foto les salió más barata, a lo mejor pretenden idealizar a los trabajadores de Iberia que salen con las manos levantadas (aunque si es su intención, epic fail, no puedes utilizar un plano picado en el que no se le ve la cara a nadie para ensalzar su figura), pero a mí me parece el más correcto del día.

Pensaba no poner hoy a El Mundo, debido a la gigantesca sosunez de foto y contenido en una portada autofelatoria. Pero, y ya estamos como siempre, empiezan los titulares sangrientos: «Trabajadores de Iberia toman la T4 y boicotean los servicios mínimos para hacer más daño». Vale. No tengo ningún problema con el verbo «tomar» ahí y lo del boicoteo me lo puedo llegar a creer (todos sabemos que las protestas se nos van de las manos a veces). Pero de ahí a sentenciar una finalidad, me parece garrafal. Ya mismo los periódicos vendrán coloreados por niños de cinco años a los que les digan «A éste ponle las cejas hacia dentro para que se vea que es malo».

ABC apuesta por una foto más vertical que de costumbre, pero claro, tenían que mostrar de cuerpo entero a un policía sujetando a un hombre que no padece dolencia alguna y a un compañero policía siento aplastastado por una muchedumbre cuya única cara es la de un hombre con cara de yonqui digno del elenco de The Walking Dead. Y a esto le sumamos ese titular que demuestra, una vez más que ABC se cree el Citizen Kane español.

Sin embargo lo más gracioso no es eso. Lo verdaderamente gracioso es que para suavizar las quemaduras que tanto les dolió a los medios de línea editorial de derechas por los Goya, ABC publica una foto de una pila de mantas con el pie de foto: «Las mantas que Peña negó». Yo mañana iré a la oficina de Correos,  pondré un montón de nombres de políticos aleatorios en sobres, les haré una foto y publicaré: «Los sobres que a Mariano no le constaban».

Y por último, el aclamado gran Catholic Graphic Designer de  La Razón. «Para mostrar la doble moral de Maribel Verdú, vamos a ponerla mitad madrastra de Blancanieves y mitad cara de bonachona». Si la idea en sí, más allá de que estamos hablando de un medio informativo y no de la revista Todo lo que nos dolió en los Goya y cómo vamos a enrabietarnos, es graciosa. Solo que no sé, a mí los sapos no me inspiran bondad… Y no sé vosotros, pero a mí Maribel Verdú no ha venido a mi casa a venderme una hipoteca. Si las ha anunciado es otra cosa (más excusable, claro). Lo último que cabe destacar en esta portada es la misma foto sobre las protestas que ha publicado El País en portada, sólo que le han bajado la saturación del color y la han reducido a tal nivel que lo único que se puede percibir es a un policía protegiéndose de un hombre que poco se ha preocupado de su outfit al salir de casa, en medio de un alboroto con mucha gente gritando.